LECCIÓN 2: LA PERSONA

La lección de este día la puedes encontrar en el libro de:

Juan 3:1-16; 7:50; 19:39

Si no tienes tu Biblia a la mano te dejamos la historia por aquí:

Una noche, un fariseo llamado Nicodemo fue a visitar al Señor Jesús.

Este le dijo: Maestro, sabemos que Dios te ha enviado a enseñarnos, pues nadie podría hacer los milagros que tú haces si Dios no estuviera con él.

El Señor Jesús le contestó que si una persona no nacía de nuevo, este no vería el reino de Dios; luego Nicodemo preguntó cómo podía nacer de nuevo una persona que ya es grande de edad.

El Señor Jesús le dijo que si no se nace de agua y del Espíritu no se puede entrar en el reino de Dios, pues todos nacen de padres humanos, pero los hijos de Dios nacen del Espíritu.

Nicodemo volvió a preguntar cómo es que eso podría suceder, a lo que el Señor Jesús le contestó: Tú eres un maestro en Israel, y ¿no lo sabes?

Además le dijo que si algunos no creían cuando hablaba cosas de este mundo, mucho menos creerían las cosas del cielo que les hablara.

El Señor Jesús también mencionó que él, el Hijo del Hombre, tenía que ser levantado en lo alto para que todo el que creyese en él tuviera vida eterna, ya que Dios amó tanto a la gente de este mundo, que entregaría a su único Hijo para que no murieran y tuviesen vida eterna.

El texto de esta lección nos dice lo siguiente:

"Subirá cual renuevo delante de él, y como raíz de tierra seca; no hay parecer en él, ni hermosura; le veremos, mas sin atractivo para que le deseemos".

La primera parte del texto nos habla de un evento que causaría admiración: una raíz retoñando aunque está en tierra seca. 

La segunda parte plasma cómo los hombres no notarían esta maravilla.

¡Pocos fueron aquellos que se dieron cuenta que el Niño que nació en Belén y el Varón que vivió en Nazaret es el Hijo de Dios!

En la historia del día de hoy vimos a Nicodemo, uno de los principales fariseos.

Poco a poco pudo entender y creer lo que Dios decía de Cristo y ver que las maravillas que el Señor hacía revelaban quién era.

Más adelante en otras lecturas podemos ver a Nicodemo haciendo cosas por el Señor Jesús, ¡qué cambio!

Recuerda... Si creo a Dios y le obedezco, seré un renuevo y un milagro de su gracia, pero sin interés para los hombres.