LECCIÓN 7: HISTORIA (PARÁBOLA: EL BUEN SAMARITANO)

La lección de este día se encuentra en:

Lucas 10:25-37

Si tienes tu Biblia a la mano, no olvides hacer la lectura.

La historia comienza cuando un maestro de la ley se acerca al Señor Jesús para ver si él podía responder una pregunta difícil...
Este hombre le preguntó lo siguiente: Maestro, ¿qué debo hacer para tener la vida eterna?


El Señor Jesús le preguntó que si sabía lo que decían los libros de la ley, a lo que aquel hombre le contestó:
"Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo".


El Señor Jesús le dijo que había respondido bien, y que hiciera eso para tener vida eterna.

El maestro de la ley no quedó satisfecho con la respuesta del Señor Jesús e insistió con otra pregunta: ¿Y quién es mi prójimo?


Para responder a esta pregunta, el Señor Jesús comenzó a contar una parábola que dice así:
Un día un hombre iba de Jerusalén hacia Jericó. 


En el camino unos hombres lo asaltaron , lo golpearon, le quitaron todas las cosas que llevaba y lo dejaron medio muerto.


Por ese mismo camino pasó un sacerdote judío, al ver a aquel hombre lastimado se hizo a un lado y siguió su camino. 


Luego pasó por ahí un levita (hombre judío que servía en el templo), y cuando vio al hombre tendido en el piso se hizo a un lado y siguió su camino. 


Pero también por ese camino pasó un hombre extranjero de la región de Samaria, y cuando lo vio se acercó a él, y fue movido a misericordia.


 Le sanó sus heridas, le puso vendas, y subiéndolo en su transporte lo llevo a un mesón y ahí cuidó de él.


Al día siguiente, el samaritano le dio dinero al encargado del mesón, y le dijo que cuidara de ese hombre, y que si el dinero que dejaba no era suficiente, cuando el regresara se lo pagaría.



El Señor Jesús terminó la parábola con una pregunta para aquel maestro de la ley. Le preguntó lo siguiente: ¿Quién de los tres hombres que pasaron por el camino fue el prójimo del hombre maltratado por los ladrones?
El maestro de la ley contestó que aquel que había usado de misericordia con el herido. 
El Señor Jesús le dijo que fuese e hiciese lo mismo.

Los personajes de la historia nos dejan una hermosa comparación:
  • Samaritano: Era un ciudadano despreciado, en este caso podemos decir que en la parábola nos habla de Cristo.
  • Sacerdote: El sacerdote era un hombre religioso que obedecía la ley por costumbre, pero que su corazón estaba lejos de Dios. Debemos saber que cumplir con lineamientos o actividades propias de la iglesia no nos salvará y tampoco tiene provecho alguno.
  • Levita: Este conocía la ley de Moisés. La Biblia es la Escritura que habla de Dios, pero no habla por sí sola, tenemos que obedecerla para mostrarle a otros lo que a Dios le agrada.
  • Jericó: Lugar de maldición que nos habla del mundo, un lugar apartado del amor de Dios.
  • Jerusalén: Lugar de bendición. El samaritano suplió todas las necesidades del hombre herido, así Cristo suple todas nuestras necesidades y nos ama, pero demanda que hagamos lo mismo con los demás. Debemos mostrar nuestro amor con nuestro prójimo, y cuando ayudemos a alguien debemos hacerlo como Cristo lo haría, este es un verdadero amor.
El prójimo será aquel con el cual usemos de misericordia, es decir aquel del cual tengamos compasión porque tiene necesidad o pasa momentos difíciles.

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