LECCIÓN 6: HISTORIA
En esta lección pensaremos en algunos ejemplos muy sencillos:
1. Piensa en un labrador, jardinero u hortelano...
Ellos son personas que se encargan de sembrar semillas, cuidar plantas, podarlas y desinfectarlas para que crezcan correctamente, desenyerbar y muchas cosas más porque saben que este trabajo no es en vano. Han visto como cada una de las cosas que hacen funcionan o algún experto se los ha dicho.
Nosotros sabemos que lo que hacemos para Dios no es en vano, porque él nos lo ha dicho, y su palabra es fiel y verdadera.
2. Ahora piensa en un deportista, artista plástico o en un artesano...
Ellos se preparan, estudian, se someten a una estricta disciplina y dejan a un lado las actividades que les roban el tiempo o perjudican su preparación. Hacen todo esto porque buscan superarse o alcanzar un primer lugar, y también para corresponder a la confianza que se ha depositado en ellos.
Todo esto, es decir la preparación, la disciplina, el corresponder a la confianza que tenemos debe verse reflejado en nuestra vida para que Dios se complazca de ella.
3. Por último piensa en un estudiante (puedes pensar en ti si lo eres), o en un profesionista...
Ellos estudian, se preparan, se documentan, se mantienen al día y se actualizan en nuevos conocimientos, porque tienen que sobresalir en su carrera, y lo hacen porque tienen confianza en sí mismos, en las fuentes de información en las que investigan, en sus objetivos, y en muchas más cosas.
Nosotros tenemos mejores bases para nuestra ESPERANZA: El Espíritu Santo que mora en nosotros cuando somos hijos de Dios, la Biblia por medio de la cual nos habla Dios, el ejemplo y las pisadas del Señor Jesucristo.
La ESPERANZA nos impulsa a trabajar, nos hace guardar una estricta disciplina que no es fácil de soportar, pero que nos permite marcar prioridades en nuestra vida.
Todo esto lo hacemos porque vemos resultados en el presente como si ya se estuviera en el futuro.
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