LECCIÓN 5: HISTORIA



Esta lección veremos tres diferentes historias, de las cuales aprenderemos algo de la ESPERANZA:






La primer historia se encuentra en 1 Crónicas 22:1-16.

El rey David...








Estaba preparando todo lo necesario para la construcción del templo, ya que tendría que ser una construcción magnífica por excelencia, pero sería construida por Salomón, su hijo, no por David.








Un día David llamó a Salomón, y le dijo que él tenía en su corazón edificar el templo de Jehová, Dios de Israel, pero había venido palabra a él, diciendo que había estado en muchas guerras, y que había derramado mucha sangre, por lo tanto él no edificaría el templo. 









Le dijo que el encargado de construir ese templo sería él, y que Dios había prometido que le daría paz y le ayudaría en su reinado.
David le mencionó a Salomón que guardara la ley de Jehová y pusiera por obra los estatutos y decretos que Jehová había mandado a Moisés para que fuera prosperado. 


Luego pronunció unas palabras para su hijo:
"Esfuérzate, pues, y cobra ánimo; no temas ni desmayes", David dijo esto a Salomón, pues sabía que Dios estaría con él ayudándole en todo.










La segunda historia se encuentra en Hechos 3:1-10.

Aquí Pedro y Juan subían al templo a la hora novena.











Había un hombre cojo que siempre era puesto a la entrada del templo para pedir limosna.












Ese hombre estaba ahí cuando Pedro y Juan iban a entrar al templo, y les rogaba que le diesen limosna.










Ellos lo miraron fijamente, y luego le dijeron: "Míranos".
Aquel hombre estuvo atento, esperando recibir algo de ellos...








Pedro le dijo que no tenían plata ni oro para darle, pero tenían algo mucho mejor para él.

Pedro pronuncio las siguientes palabras: "En el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda", luego le tomó de la mano y lo levantó, y el que era cojo pudo caminar.





Luego de ser sanado, entró con Pedro y Juan al templo, y alabó a Dios.

El pueblo lo veía y lo reconocía por ser aquel cojo que se sentaba a la puerta del templo, pero al verlo se llenaron de asombro.







La tercer historia se encuentra en Juan 9:1-41.
En esta historia, el Señor Jesús y sus discípulos se encuentran con un hombre ciego de nacimiento.






Los discípulos le preguntan al Señor Jesús si aquel hombre era ciego porque él o sus padres hubiesen pecado.






La respuesta del Señor fue que no era ciego por causa de pecado, sino que era ciego para que las obras de Dios se pudieran manifestar en él.







Luego escupió en la tierra, e hizo lodo con la saliva y le untó con el lodo los ojos al ciego.










Y le dijo que fuese a lavarse en el estanque del Siloé. 
Él, obediente fue y se lavó, y regresó viendo.











La gente lo veía y se preguntaban si era aquel que se sentaba y mendigaba.
También le preguntaban cómo le habían sido abiertos los ojos, y él respondía cómo el Señor Jesús le había sanado.





Luego le llevaron ante los fariseos para preguntarle cómo había sucedido todo. Él les decía todo como había sucedido.

Luego le expulsaron por lo que decía acerca Jesús. Al oír el Señor que lo habían expulsado lo halló, y le dijo una importante pregunta:

"¿Crees tú en el Hijo de Dios?"


Aquel hombre contestó:


"Creo, Señor" y lo adoró.






¿Qué aprendemos de estas historias?

1. David y el templo: El que tiene ESPERANZA se sacrifica y da de sí mismo, aunque sabe que no verá lo que espera (puedes leer Hebreos 11:13-16, aquí hay claros ejemplos de esto). David supo que él no edificaría el templo, pero aún así no escatimó esfuerzos para preparar todo para su hijo.

2. El cojo a la entrada del templo: Aquel que tiene ESPERANZA no es llevado de aquí para allá. El cojo se quedó mirando fijamente a Pedro y a Juan, ya no buscaba la limosna de otros y su vista estaba fija en algo. Que tu vista y ESPERANZA sean puestas en Cristo y que nada de lo que pase a tu alrededor pueda moverlas de ÉL.

3. El ciego de nacimiento: El que tiene ESPERANZA obedece y sigue las instrucciones tal cual se le dan. El ciego tenía que obedecer instrucciones, y lo hizo confiando en el resultado, de esta manera mostró su ESPERANZA.



La FE, el conocimiento Dios mediante su Palabra y las experiencias que ya hemos tenido ayudan a fortalecer la ESPERANZA. Cuando nuestra ESPERANZA nace de la FE en Dios, del conocimiento de su persona y de las promesas que ya hemos visto cumplidas, nos mantendremos firmes, obedeceremos y daremos todo lo que Dios requiera de nosotros, aunque en ocasiones esto traiga dolor y sufrimiento. 

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